La jirafa es uno de los personajes más espectaculares de El Rey León. Representar este papel no es tarea fácil, requiere de equilibrio, fuerza y armonía.

No te pierdas en este vídeo la gran complejidad que hay detrás de este icónico personaje.

Y recuerda que El Rey León vuelve el próximo 23 de septiembre a la Gran Vía madrileña y podrás disfrutar de toda su espectacularidad en persona.

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La jirafa es uno de los personajes más espectaculares y emblemáticos del reconocido musical El Rey León. Dar vida a este majestuoso animal no es tarea fácil, requiere equilibrio, fuerza y armonía por parte del actor encargado de interpretarlo. Cada función es el resultado de un proceso meticuloso y fascinante que culmina con la aparición de la jirafa, recibiendo el aplauso de miles de espectadores.

El proceso de transformación de un actor en jirafa comienza mucho antes de que las cortinas se abran. Cuando el actor llega al teatro, se sumerge en un ritual personalizado de preparación y caracterización. Primero, se pone un relleno especial que dará forma y volumen al cuerpo de la jirafa. Es esencial que el relleno se ajuste perfectamente para lograr la apariencia y la imponente presencia de este animal icónico.

Una vez que el relleno está en su lugar, el equipo de vestuario entra en acción. Con habilidad y precisión, se ayuda de una escalera para colocar las patas traseras de la jirafa al actor. Cada pata se ajusta cuidadosamente para asegurar que encaje perfectamente con el cuerpo del actor y le permita moverse con gracia y fluidez. Después de las patas traseras, llega el momento de colocar la cabeza de la jirafa, uno de los aspectos más destacados de la caracterización.

La cabeza de la jirafa se encaja meticulosamente en su lugar, completando así la imagen distintiva y reconocible de este majestuoso animal africano. Cada detalle, desde los ojos expresivos hasta los cuernos elegantes, se cuida con minuciosidad para capturar la esencia y la personalidad de la jirafa. Por último, se colocan las piernas delanteras, permitiendo que el actor adopte la apariencia completa y convincente de este personaje.

Llevar a cabo el papel de jirafa en El Rey León no es solo una cuestión de apariencia física. Requiere una habilidad especial para encontrar el equilibrio perfecto entre tres puntos clave: la cabeza, las patas delanteras y las patas traseras. Encontrar el centro y coordinar estos tres puntos es fundamental para lograr una actuación creíble y cautivadora. Cada movimiento, cada gesto de la jirafa en escena debe transmitir la majestuosidad y la gracia características de este animal.

Cuando llega el momento de la actuación, el público se maravilla al presenciar la aparición de las dos jirafas durante el amanecer. Es uno de los momentos más memorables y emocionantes de la obra. La imagen de estas elegantes criaturas moviéndose en sincronía deja una impresión duradera en los espectadores, quienes no pueden evitar sentirse transportados a las vastas llanuras de África. La jirafa se convierte en un símbolo de la grandeza y la belleza de la naturaleza, capturando la esencia misma de El Rey León.
 

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